La Paz, 27 jul (Aprac Bol Radio Digital) — En medio de una creciente crisis de desabastecimiento de diésel, la Confederación Sindical de Choferes de Bolivia anunció este viernes en Tarija un paro nacional de 24 horas para el 1 de agosto.
La decisión, tomada tras un ampliado nacional, refleja la desesperación del sector por la falta de combustible, que ha dejado a muchas unidades de transporte público inmovilizadas en diversas regiones del país.
El secretario ejecutivo de la Confederación, Lucio Gómez, confirmó que la medida incluirá bloqueos de carreteras y el cierre de fronteras, exigiendo la renuncia del ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, y del presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen.
“El paro será movilizado y se irá con bloqueo de carreteras y cierre de fronteras, así lo determinó el ampliado”, destacó Gómez, subrayando que la escasez de diésel ha causado estragos no solo en las ciudades principales, sino también en las zonas fronterizas y en las carreteras.

En ciudades como Santa Cruz, Sucre y Potosí, aproximadamente el 50% de las unidades de transporte público están paralizadas debido a la falta de carburante.
Aunque no se han cuantificado las pérdidas económicas exactas, Gómez advirtió que el desabastecimiento es generalizado, afectando gravemente al transporte y generando un caos logístico sin precedentes.
Mientras tanto, YPFB aseguró que cuatro buques esperan en el puerto de Arica, Chile, para descargar combustible y crudo. Según la estatal, entre el sábado y el domingo se prevé la llegada del primer cargamento de 40 millones de litros de diésel, lo que, según sus estimaciones, debería ayudar a equilibrar el mercado y aliviar la crisis.
Sin embargo, esta promesa de solución inmediata no ha logrado calmar las tensiones, y los choferes se mantienen firmes en su demanda de medidas concretas para garantizar el abastecimiento continuo de diésel.

La situación ha desatado un amplio debate sobre la gestión de los recursos energéticos del país y la capacidad del gobierno para enfrentar la crisis. Con el paro nacional a la vista, las autoridades se enfrentan a un desafío crítico: garantizar la movilidad y la seguridad de la población mientras buscan soluciones efectivas al desabastecimiento de diésel.
La tensión en las calles y las carreteras del país aumenta, con los choferes decididos a no ceder hasta obtener respuestas claras y soluciones tangibles. La mirada del país y del gobierno se centra ahora en cómo resolver esta crisis energética que amenaza con paralizar aún más la vida cotidiana y la economía boliviana.

